Galicia, tierra de montañas, rías y cielos nublados, lo es también de misterios e historias ancestrales. Esta región del noroeste de España, rica en relatos mágicos, ha conservado una herencia cultural y folclórica única que fascina tanto a locales como a viajeros. En este artículo, te invitamos a descubrir las leyendas de Galicia y conocer el lado más oculto de este lugar.
La Santa Compaña, la procesión de los condenados
Uno de los mitos más populares es el de la Santa Compaña, una procesión espectral de almas en pena que, vestidas con túnicas negras, vaga por los caminos rurales en busca de personas a las que arrastrar al más allá.
El grupo va encabezado por un mortal que porta una cruz y que olvida todo lo ocurrido durante la noche. Este individuo se dice que está maldito y condenado a morir de agotamiento por la influencia de la Santa Compaña, que no le deja descansar. La única forma de librarse de su puesto es entregándole la cruz a otra persona que se cruce en su camino.
Hay varias formas de protegerse, como dibujar un círculo en el suelo con tiza, tumbarse boca abajo, rezar o huir hacia un Cruceiro. Los habitantes de las aldeas gallegas temen a este desfile fantasmagórico, ya que su presencia es augurio de desgracias o incluso de muerte.
Las meigas, más que brujas
Las ‘meigas’ son una figura central del folclore gallego. Existe el dicho ‘eu non creo nas meigas, pero habelas hailas’ (no creo en las brujas, pero las hay), que refleja la curiosa mezcla de escepticismo y respeto con la que muchos gallegos afrontan estos temas.
Las meigas distan del concepto tradicional que se tiene de las brujas en otras culturas, ya que en Galicia estos personajes pueden hacer tanto el bien como el mal, todo depende de su intención.
Se distingue entre las sanadoras, que utilizan sus poderes para ayudar a la comunidad con remedios para la salud y conjuros para atraer la buena suerte, y las meigas ‘chuchonas’, las malvadas que provocan desgracias y chupan la sangre de sus víctimas.
Uno de los rituales más fascinantes relacionados con estas figuras es el conjuro de la ‘queimada’. Se trata de una ceremonia en la que se prepara la queimada, una bebida hecha a base de aguardiente, azúcar, cáscaras de limón, granos de café y hierbas o frutas. El ritual consiste en depositar este brebaje en un recipiente de barro y prenderle fuego mientras se recita un hechizo, que sirve para protegerse de los espíritus malignos y de las meigas.
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Los cantos de la Maruxaina
Galicia es una tierra de marineros y tiene muchas leyendas unidas al océano que la rodea. Una de ellas es la de la Maruxaina, una sirena que habitaba la isla de Os Farallóns en Cervo.
Cuenta la leyenda que esta criatura se aparecía en las rocas y atraía a los pescadores con cánticos. Sus intenciones varían en función de quién narra la historia. Algunos afirman que su objetivo era hacer naufragar a los barcos y otros que acudía para avisar de las tormentas.
Su presencia en Cervo se hace notar hoy en día. De hecho, celebran cada año la fiesta de A Maruxaina, en la que los hombres deben meterse en el agua, apresar a la sirena y someterla a un juicio. Tras absolverla de todos los cargos, se hace un festejo en la playa.
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Las montañas sagradas de Galicia
Los montes y las colinas gallegas han sido, desde tiempos inmemorables, lugares sagrados y de culto. Las culturas celtas y precristianas de la zona consideraban que los montes eran escenarios de poder, y en ellos se realizaban rituales para conectar con el mundo de los dioses.
Uno de los ejemplos más famosos es el Monte Pindo, conocido como el ‘Olimpo Celta’. Está situado en la Costa da Morte y es el escenario de varias leyendas. Se dice que en él habitan los espíritus de guerreros celtas y que sus rocas esconden símbolos y misterios aún por descifrar. También se cuenta que su agua está bendecida por los dioses y que tiene propiedades mágicas.
Otro lugar de gran carga mística es el Monte de San Cibrán, donde los romanos construyeron un altar para honrar a sus dioses, y el cristianismo, más tarde, erigió una capilla dedicada a San Cibrán. Este monte, cercano al mar, es uno de los tantos lugares de Galicia en los que las creencias paganas y cristianas conviven.
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Una peregrinación de vida o muerte
Después de Santiago de Compostela, el punto de peregrinaje principal para los gallegos es San Andrés de Teixido. En este sitio se encuentra un santuario dedicado a San Andrés y tiene una leyenda muy curiosa que ha hecho que visitarlo sea obligatorio para todos los habitantes de la comunidad.
El refrán dice que ‘a San Andrés de Teixido, vai de morto o que non foi de vivo’. Es decir, que quien no acude a este lugar en vida, irá una vez muerto. El relato afirma que el Apóstol Andrés llegó a este valle perdido por orden de Jesús para instalar un santuario. A cambio de vivir en un sitio tan remoto, Dios le prometió que todo el mundo peregrinaría a su lugar de culto, incluso los que no lo hicieran en vida. Según la tradición, aquellos que nunca hayan visitado San Andrés de Teixido lo harán tres veces reencarnados en otros seres vivos antes de poder entrar al cielo. Por eso, los residentes del pueblo tienen cuidado de no pisar ningún insecto para no interrumpir la peregrinación de algún alma.
Por si quieres visitar este emplazamiento mientras tienes tiempo, te dejamos la ruta a seguir desde nuestro albergue en Monte do Gozo.
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Las rocas que todo lo curan
En plena Costa da Morte se encuentra Muxía, un pueblo marinero con una leyenda muy particular. Esta tiene que ver con las piedras situadas cerca del Santuario da Virxe da Barca y afirma que poseen propiedades prodigiosas. Se trata de la ‘pedra dos cadrís’ (piedra de los riñones) y es una roca con forma de riñón que, si pasas por debajo nueve veces, te curará de cualquier problema.
La mitología alrededor de esta formación geográfica tan singular cuenta que esta piedra serían los restos de la barca de piedra en la que llegó la Virgen a Galicia.
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La Galicia mágica es un lugar en el que lo invisible se entremezcla con lo cotidiano. Por eso, su cultura está tan repleta de leyendas y creencias que reflejan su respeto por las supersticiones y por lo desconocido.